
La metodología Fotovoz se desarrolló en los años 90 y se utiliza ampliamente en la investigación académica. Tiene sus raíces en la fotografía documental, la teoría feminista y la metodología de la «conciencia crítica» de Paulo Freire.
Se ha utilizado con éxito en diversos ámbitos: justicia social, recursos humanos, investigación, educación, sanidad, trabajo con jóvenes, bienestar social, derechos humanos, consolidación de la paz, planificación de políticas, desarrollo urbano y rural, cooperación internacional, etc.
Se ha aplicado con diversos fines, como: fortalecimiento de equipo, construcción del tejido social, la reconciliación, la sanación, el desarrollo de capacidades, la recaudación de fondos, la identificación de necesidades, la evaluación de programas, la promoción y las campañas, etc.